Momentos de gran alegría, emoción y la visualización de un futuro diferente vivieron en la tarde de ayer las 30 familias que integran la Cooperativa Cristiana de Viviendas que pudieron llegar al momento de inaugurar y tener la llave en sus manos para ingresar a esa casa que construyeron con sus propias manos.

Las viviendas se construyeron por el sistema de ayuda mutua y la cooperativa se encuentra entre las tantas que nacieron en el seno de la Federación Uruguaya de Cooperativas de Viviendas por Ayuda Mutua que ha permitido contar a miles de familias con su techo propio.

Se trata de un programa, como es sabido, de largo alcance aunque felizmente en los últimos tiempos las gestiones son mucho más ágiles y los préstamos se entregan al menos dos veces por año y Soriano ha sido favorecido en varias oportunidades.

Así lo señalaron los cooperativistas que no podían esconder su alegría y junto a ellos había familiares, amigos, vecinos, pero también otros que como ellos ya llegaron o todavía siguen soñando con el momento de contar con su vivienda. Estaban ahí apoyando, festejando y agradeciendo a las empresas que confiaron en ellos al momento de construir, a la Intendencia por “el gran apoyo que siempre ha prestado con sus trabajadores, sus máquinas, y con los terrenos”.

Señalaron entre otros conceptos que la cartera de Tierras en Soriano viene funcionando en forma excelente más allá de que es notorio que cada vez más familias aspiran tener su propiedad y se siguen formando grupos cooperativos y cada vez es más difícil encontrar predios para construir”.

Autoridades departamentales se hicieron presentes también junto a ediles e integrantes del Instituto Asesor.

La Inauguración

Crónicas dialogó con quien estaba ejerciendo la Presidencia de la Cooperativa, Victoria Cubilla quien festejó el momento que “la vida me permite vivir”.

Dijo que el grupo está integrado por familias muy jóvenes y pero también de personas mayores que apostaron por el sistema cooperativo y por la construcción por ayuda mutua.

Sostuvo que la cooperativa se integró en el año 2011 que recién en el 2015 se recibió el préstamo para poder comenzar a construir y las familias que llegaron a la inauguración no son todas las que comenzaron “porque muchas veces el tiempo que insumen las obras y otras cuestiones desaniman al cooperativista que opta por alejarse y buscar otra solución”.

Hay muchas familias que son cristianas evangélicas y que fueron las que tuvieron la iniciativa de agruparse aunque no están todas las que fundaron la cooperativa habiéndose agregado otras que no profesan la misma fe pero sí tenían la misma necesidad: un techo propio.

Las características.

Cubilla explicó que los techos son de isopanel, material que no condensa ni transpira y que puede usarse en toda la casa incluso baños y cocinas; es sumamente higiénico siendo su mantenimiento prácticamente nulo. Gracias a su excelente aislación térmica colabora en el ahorro energético.

Todas las aberturas son de aluminio, las puertas de madera, interior del mismo material. Las viviendas cuentan con los espacios tradicionales como cocina, living, comedor, baño y hay de dos, tres y cuatro dormitorios. Estas últimas tienen dos baños en planta baja y alta; pequeña terraza.

Victoria dijo que “no se pudo trabajar dentro de los plazos estipulados por el Ministerio pero nos jugaron en contra varios factores, entre ellos los múltiples días de lluvia. Teníamos que haber inaugurado el 27 de febrero, después el Banco nos dio plazo hasta el 30 de abril, tampoco se llegó y bueno, estamos inaugurando recién. Lo importante es que llegamos a esta instancia. Contamos ya con los servicios, Nos dieron la energía eléctrica. 

En la parte interna lo que falta son detalles y luego habrá que empezar con la caminería y los espacios verdes porque pretendemos parquizar. Contamos también con un salón de usos múltiples que seguramente será utilizado para actividades sociales y culturales que se fomenten desde la propia cooperativa”.

Victoria aseguró que ya hay familias que están instaladas y otras que en las próximas horas comenzarán a  mudarse para disfrutar de lo que construyeron.

La reflexión final de quien ha trabajado por su techo es que “para cada problema siempre hay una solución. No hay que desmayar y seguir adelante. Todo se puede superar porque es la vida misma. Lo importante es fijarse una meta e ir quemando etapas paso a paso hasta alcanzarla”, concluyó.