Con la organización de la Comisión Memoria y Justicia y Contra la Impunidad de Soriano y Río Negro, ayer en Mercedes y Fray Bentos también se realizó una nueva marcha del silencio, uniéndose así a la movilización nacional que recoge el sentir de familiares y víctimas del período de facto.
En Mercedes la columna salió desde la sede del Plenario Intersindical de Trabajadores dirigiéndose hasta la plaza Espacio Memoria, mientras que en Fray Bentos la concentración tuvo lugar en la plaza Artigas. Allí se leyeron las proclamas.
“Después de haber marchado con este silencio cargado de recuerdos, de presencias tan fuertes, tan queridas y comprometidas, tenemos la necesidad de decir, de gritar cosas que son necesarias en esta hora.
No nos hacemos cómplices de la impunidad. No podemos dejar que esta nos ahogue y nos paralice. Queremos seguir levantando las banderas de memoria, verdad y justicia. Queremos generar conciencia de la necesidad del rechazo a la impunidad de los crímenes del pasado reciente. Pero hablamos de una impunidad que se produce hoy. Hasta que los crímenes no sean esclarecidos y se haga justicia, el Estado sigue siendo responsable. Para desmantelar la impunidad, se hace imprescindible la verdad y la justicia.
Esa es la única garantía de que no se repitan los hechos del terrorismo del pasado.
Los pocos pasos que se han dado para esclarecer el pasado reciente, han tenido como protagonistas a familiares, víctimas, organizaciones civiles y periodistas. Ellos son quienes han efectuado las denuncias, los que han investigado y han aportado pruebas. Por el contrario, las acciones del Estado han sido muy insuficientes.
El Poder Judicial es responsable de que en más de 200 casos presentados, alrededor del 70% estén apenas en un pre sumario. Del cúmulo de acusados hay sólo alrededor de 30 represores procesados. Hace muy poco que se procesó por primera vez a un represor por torturas, cuando esta fue habitual y sistemática. Sería una muy larga lista de hechos que hablan de impunidad, de falta de voluntad política para juzgar en serio los delitos del terrorismo de Estado, pero además de esto percibimos la instalación de una “cultura de la impunidad” que es muy peligrosa para la sociedad. La absolución del ex General Raúl Mermot por parte de la Justicia a pesar de la apología pública de la tortura confirma lo anterior. Seguimos exigiendo al Estado que cumpla con su deber. No más impunidad, continuaremos luchando por Memoria, Verdad y Justicia”.