Contar la vida de Justo Pastor Pozzolo, resulta casi imposible. Cientos y cientos de anécdotas y vivencias, eslabonan más de 80 años de un verdadero personaje querido como pocos y respetado en todos los ámbitos.
Su reciente libro, una obra valiosísima cuya lectura nos permitimos aconsejar, permite al lector introducirse en la vida donde otros personajes que se cuentan también por centenares, multiplican un episodio tras otro en el canto, el Carnaval, la actividad radial, los trabajos de balsero, sus orígenes como albañil o trabajador del cementerio. De allí a la realidad de hoy subió junto con sus hermanos, entre ellos Luis Bernardo que se encumbró como Presidente interino de la República.
Quizá la definición del diablo Gustavo Eduardo Pérez, es una de las más perfectas como cuando relata haberlo conocido "con sus bolsillos repletos de esa pobreza limpia y cotidiana que aún le ronda y le vi mirar la vida con entereza y confianza, desafiante e íntegro, dibujado todo esto en su mirada y en la sonrisa sana que le adorna".
El diablo Pérez relata haberlo conocido "por el cincuenta y pico, en aquel conjunto coral que se indigestó de premios como "Los Laureles", en los inolvidables festivales de cantores en los veranos de la rambla; en su vieja bicicleta y en los programas grabados y posteriormente irradiados en Radio Colonia, así como en varios concursos como los del Teatro Gluksman.
También la memoria al autor de "Río Cruel", en un recuerdo para el doloroso adiós a su padre.
Pérez lo recuerda recorriendo Montevideo para intervenir en un concurso de Radio Sarandí, cantando boleros en la noche de CW 56, escribiendo letras para murgas, vendiendo rifas o haciendo colectas para el Pabellón de bacilares del Hospital Mercedes, editando revistas de humor, guionando exitosos programas radiales, actuando con Braxas y La Charanga, jugando al fútbol o coleccionando documentos que cuentan otras historias.
Tras este prólogo, "Titonga" Pozzolo se abre paso en el relato, aludiendo a sus padres y hermanos y agradeciendo a un grupo de amigos que contribuyeron a comprar un sofisticado aparato para que pudiera comunicarse con sus familiares y amigos tras quedarse sin voz por causa de la enfermedad que le aquejó, producto de la cual le fueron extirpadas las cuerdas vocales.
Pozzolo se afirma en reconocer la suerte que tuvo por cantar por más de 60 años y por eso el título del libro "Que me quiten lo bailao..." es una fiel síntesis de lo que ha querido decir en su autobiografía.
Pasan por sus relatos cientos de personajes, reideras anécdotas propias de una picardía que lo ha acompañado por siempre y salpica los relatos con los sucesos vividos en el recordado bar de Soca y Posse, en la entonces Sarandí y Florida, en la que se registraron sucesos verdaderamente increíbles.
Seguir dando pistas de este libro, es quitarle al mismo el sabor que tiene su lectura imposible de abandonar desde el primer párrafo y que, como se dijo líneas arriba, nos permitimos recomendar.
El libro está a la venta en el domicilio de su familia en la calle Pozzolo 706, en Automotora Burgos de Lavalleja y Ferrería, o puede solicitarse por el teléfono 099488708 que será llevado a domicilio.