El informe difundido en las últimas horas en cuanto a que Río Negro es el departamento con índice más alto de embarazo adolescente del país, no implica un problema en sí mismo, sino una situación generalizada que se da en todo el país y en algunos barrios pobres, especialmente de la capital.
El Director Departamental de Salud Gerardo Valiero, dijo que las cifras que se han manejado son las mismas que se han venido registrando desde hace tiempo. Es verdad, reconoció que la media nacional es del 17%, una cifra que no se ha modificado en los últimos veinte años, por lo que no ha tenido ni aumentos ni descenso y Río Negro es uno de los departamentos que está en uno de los primeros tres lugares lo que amerita trabajar con otras instituciones en la búsqueda de explicaciones para encontrar las raíces de este fenómeno.
Días pasados, la Presidenta del INAU Marisa Lindner había dicho que el tema es de "enorme preocupación para el Estado", al entender que el 75% de los embarazos adolescentes no son planificados y que además un 57% de esta población no estudia y mayoritariamente dejaron de estudiar antes de quedar embarazadas.
La cifra es impactante en cuanto marca un importante porcentaje de adolescentes que resultan embarazadas por situaciones de abuso y explotación sexual. A modo de ejemplo durante el año pasado 169 embarazos se habían dado entre los 10 y los 14 años, una cifra muy dolorosa que llama a responsabilidad de todos los actores del Estado y de la sociedad.
Tanto el embarazo adolescente no intencional, como las enfermedades de transmisión sexual, están asociadas a situaciones socio-económicas y a la vulneración de derechos desde edades muy tempranas.
Este tipo de problemática no se expresa de la misma forma en todo el territorio nacional. Hay aspectos vinculados a la violencia, al abuso sexual infantil, y a la explotación sexual, un conjunto de aspectos que luego tienen como resultado el embarazo adolescente no intencional, que habla de grandes brechas de desigualdad.