Solamente la presentación formal de Aguante La'Tacada y un improvisado recital bajo agua de "No te Rompas la Cabeza" para responder a la expectativa que en el público había creado su presentación, fueron los hechos salientes de una jornada trunca en la que el público se retiró rápidamente de la Manzana cuando arreciaron las primeras gotas. Indudablemente que los cambios en el pronóstico del tiempo jugaron otra vez una mala pasada. La organización había indicado que a las 15 horas se tomaría la resolución de suspender o realizar el espectáculo pero, como la tarde venía soleada, se confirmó la realización.
Sobre las 18 se cambió el pronóstico, pero igual todo estuvo jugado a esas mejoras repentinas que suele tener el tiempo en estas épocas.
Tras la actuación de "Aguante La'Tacada" se hizo un compás de espera, mucho más largo que el habitual, tras lo cual comenzaron los entredichos entre algunos representantes de las agrupaciones que querían seguir como la argentino-uruguaya "No te Rompas la Cabeza" y "Jardín del Pueblo" que había llegado de Paysandú y los técnicos de la escenografía que argumentaban sobre los riesgos de choques eléctricos en equipos de amplificación muy valiosos.
Sobre las 22.15 se tomaron las primeras medidas, aunque algunas de ellas un poco contradictorias por la premura de los hechos.
En síntesis, el espectáculo quedó trunco y se decidió que "Jardín del Pueblo" y "Los Positivos" actuaran sin público en el teatro, exclusivamente para el jurado. "No te Rompas la Cabeza" pasó para mañana.
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Aguante La'Tacada le Cantó a la Viveza Criolla
Desde la zona del parque Don Bosco (o podría decirse desde el propio corazón del Cerro) la "viveza criolla" llegó de la mano de Aguante La'Tacada con sus figuras casi legendarias como los "Montero" o "El Lobizón" Cáceres. Tuvo evidentes desajustes en su coro y los propios integrantes reconocieron que faltó ensayo y que además salvaron (casi justo) el tiempo mínimo con 37 minutos de actuación.
El comienzo pareció un poco dubitativo a juzgar por algunos vaivenes de afinamiento en el coro, propios quizá del nerviosismo y con la tormenta como amenaza.
Pero de a poco fue entrando en tema con una propuesta sobre los avivados y trasnochadores. La murga estuvo apoyada fuertemente por el público partidario.
Desde la época de los cavernícolas "estamos minados de vivos" contó la murga, narrando las picardías de lo que define como una plaga nacional que encontramos en cada esquina de la ciudad. La falta de fuerza en el coro como un todo, fue subsanada con creces por el salpicón de anécdotas contadas por la murga y festejadas y compartidas por el público.
Joaquín Montero, en su carácter de arreglador y director escénico, le aportó fuerza a la participación.
La murga hizo un pasaje por los episodios del Campeonato Uruguayo y el caso de la garrafa, el "embobecimiento" con los celulares y la tecnología, sin olvidar los entretelones de la sponsorización de la selección uruguaya. La crítica a los errores en los pronósticos de Inumet tuvo como marco natural la sucesión de relámpagos detrás del escenario. La melodía y los ajustes corales no estuvieron al principio de la participación a la altura de la expectativa, aunque como se dijo antes, todo fue suplido por el esfuerzo de esta humilde familia de trabajadores que integran la agrupación.
Hubo aplausos para el párrafo referido a los padecimientos sufridos por Dolores. En la alegoría del lobizón y los cuatro puntos principales del manual del avivado, pasaron la marihuana, la delincuencia, la política, economía, intendencia, los productos vencidos en los supermercados, el cuento de las cuotas en las compras y la falta de apoyo a las murgas, contrastando con el lleno total en los desfiles. En síntesis, no gustó.