Un pavoroso bombardeo convertido en el más sangriento desde que comenzó la guerra con Israel, causó la muerte de más de 500 personas y 1.645 heridos entre ellos 35 niños y decenas de mujeres.
Miles huyen con miedo a más bombardeos de Israel que convirtió la zona en una hoguera de muerte, festejada por el premier israelí Benjamín Netanyahu.
"Prometí que cambiaríamos el equilibrio de seguridad y eso es exactamente lo que estamos haciendo. Vamos a seguir hasta que logremos nuestros objetivos", dijo complementando las palabras del Ministro de Defensa al referirse a más de 60.000 personas que dejaron sus hogares ayer tras el recrudecimiento de la violencia fronteriza.
Los actores internacionales siguen reiterando llamamientos urgentes para el cese de las hostilidades y pese a que los bombardeos de Israel podrían tener consecuencias devastadoras y de largo alcance, el gobierno de Netanyahu está convencido de que la serie masiva de ataques aéreos es solo el primero de una sucesión que se extenderá durante los días inmediatos.
Antes de la escalada actual, más de 100.000 libaneses se vieron obligados a abandonar sus hogares sin ninguna expectativa de poder regresar.