Uno de los accesos a la ciudad desde el este se ha convertido hoy, a lo largo de su kilómetro de longitud, en un camino de granza desde que se levantó la destrozada capa asfáltica poco antes de la última navidad.
Desde que el camino Elías Regules, el otro acceso a la ciudad, fuese interrumpido por la crecida del río Negro, todo el tránsito se desvió por la Avenida Agraciada y la capa asfáltica, absolutamente insuficiente para soportar el paso de vehículos pesados, cedió haciendo que en algunos tramos la calzada quedara reducida a la mitad, producto de los hondos zanjones originados. Tardíamente se colocó un cartel prohibiendo el tránsito de camiones, señal que obviamente, nadie respetó ni respeta. La sucesión de pozos que fueron tapados con tierra en más de una oportunidad, en un horrendo trabajo de bacheo, determinó que finalmente fuese arado el bitumen que quedaba y es hoy que las cortinas de polvo que se elevan al paso de cada vehículo, hacen al día a día del vecindario.
La inusual sucesión de lluvias de los primeros días del año, disimularon la situación insoportable de hoy. Por aquellos días de las fiestas, un camión cisterna retiraba agua de la cañada cercana para regar sólo frente al complejo de viviendas. La buena voluntad del conductor, extendió el riego a toda la parte habitada. Hoy ya no se hace. Comunicarse al sector de Obras de la IMS es inútil, nadie atiende. Las denuncias a través de medios de prensa oral han sido igualmente inútiles.
A veces oímos de las obras realizadas en otras partes de la ciudad y el departamento en una suerte de “autobombo” innecesario. Muchas veces un trabajo silencioso se valora más que gastar en informar y generar en otros, el malestar de sentirse relegados en la atención.
La idea de esta nota pública no es caer en cuestiones de interés político sino sensibilizar a los responsables del bienestar ciudadano para que de una vez por todas, tomen cartas en el asunto. Al final, no es más que reclamar que cumplan con su trabajo y justifiquen el sueldo que cobran.
Quizá las imágenes no sean muy elocuentes, a la izquierda, estado de la cañada con arrastre de grandes volúmenes de tierra y todo tipo de objetos (TV, troncos, sillas, etc) desde el barrio 33. A la derecha un camión, de los medianos, frente al cartel “Prohibido el tránsito de camiones”. Pero transitan de los otros… con zorra, etc.