Desde hace muchísimos años el matrimonio argentino integrado por Ezequiel Sundblad y Florencia Vicini ha venido surcando diferentes ríos y mares, llegando a diversos continentes. Actualmente en su velero “YPAKE II” continúan con esta experiencia, teniendo desde hace más de un año a su mascota, un ovejero alemán, de nombre Sam.
Permanecieron unas 24 horas en el muelle Comercio en Mercedes, recorrieron la rambla y se fueron sumamente sorprendidos por la ciudad ya que era la primera vez que llegaban. Comentaron que “estábamos en Nueva Palmira saliendo para Colonia y en la Oficina de Hidrografía había un folleto de Soriano y de Mercedes, nos interesó, el Prefecto consultó si el río estaba en condiciones para navegar debido a las crecientes y como le respondieron que sí, comenzamos con nuestra travesía, llegamos a Villa Soriano y a vuestra ciudad”.
Florencia comentó que cuando tenía 10 años había estado en el río Negro junto a sus padres, pero había llegado solo hasta la isla Dos Hermanas y como en esa ocasión el río estaba muy crecido, habían retornado.
Ambos coincidieron en decir que “siempre nos había quedado aquello de remontar el río Negro, pero con el barco nos íbamos hacia otros lados y normalmente en invierno estamos en Brasil en Laguna de los Patos donde sacamos el barco a tierra y se hace el mantenimiento de la temporada.
En verano nos vamos hacia el sur visitando la Antártida, Georgias y Malvinas, pero en esta ocasión se nos ha retrasado un poco sacar el velero a dique seco porque en Brasil ha habido jornadas extensas de lluvia y hasta ahora no tenemos las mejores condiciones para llegar. Nuestra vida transcurre en el barco, tuvimos uno más chico el ‘YPAKE I’ que lo disfrutamos muchos con nuestros tres hijos y estuvimos con ellos viajando durante 7 años. Llegamos a Noruega, pero con este tuvimos la suerte de volver a Europa, recorrer hermosos canales de varios ríos e incluso estuvimos a los pies de la Torre Eiffel.
Disfrutamos muchísimo cada navegación y tenemos los miedos lógicos como encontrarnos alguna tormenta o algún otro problema pero, nuestros viajes son muy tranquilos, vamos despacio y marcamos muchas veces los problemitas que surgen en los trayectos. Nuestra mascota Sam tiene poco más de un año y se está adaptando muy bien. En verano normalmente permanecemos algunos días en nuestra casa en Calafate junto a Sam y el barco se revisa para retomar una nueva travesía.
Las experiencias han sido extraordinarias, como el cruce del Canal de Beagle y la enorme cantidad de viajes que hemos podido concretar a lo largo de los años.
Uno de los trayectos más largos fue el cruce desde América a Europa que nos llevó 16 días, haciéndolo en varios tramos.
Nosotros nos conocimos en la Barra de San Juan donde mi esposa era instructora de Optimist, ahora volvimos hasta donde está la quinta presidencial, porque mi suegra con su marido también tuvo ese lugar como un punto de encuentro y allí estuvimos rememorando viejas épocas.
En la navegación por el río Negro no tuvimos mayores inconvenientes, llegamos sin novedad a Villa Soriano y como nuestro barco tiene una quilla variable, podemos navegar más tranquilamente. En el kilómetro 35 tocamos una piedra que ya fue marcada y en el canal en algunos momentos encontramos como una S pero, no nos generó mayores inconvenientes. El emboyado está muy bien logrado, lo que nos permitió disfrutar el viaje.
Nuestros hijos también comparten nuestra pasión, el varón trabaja en barcos y las chicas: una está en Amsterdam y la otra en Lisboa, donde estudian y trabajan.
Prometemos volver a Mercedes en algún momento, mucha gente se acercó porque le llamó la atención nuestro barco y nos sentimos muy cómodos”.