El nuevo presidente cargó contra "el pequeño grupo que cosecha premios del gobierno, mientras el pueblo soporta los costos". Trump prometió que "vamos a quitarle el poder a Washington y devolvérselo a vosotros, el pueblo americano, porque el 20 de enero de 2017 será recordado como el día en que el pueblo se convirtió de nuevo en el gobernante de la nación".
Antes de ello, al mediodía, Trump puso la mano sobre dos ejemplares de la Biblia, uno regalado por su madre y otro que perteneció a Abraham Lincoln, convirtiéndose así en el Presidente número 45.
Manifestaciones
En las calles de Washington, un centenar de detenidos fue el saldo de protestas bajo una pertinaz lluvia, que complementaba una ceremonia en el Capitolio donde casi 70 legisladores boicotearon con su ausencia la jura del cargo.
Una sucesión de agoreras especulaciones se manejaban como un telón de fondo contra el misterio de cuáles serán las primeras decisiones del Jefe de la primera potencia mundial. Su promesa de "devolver puestos de trabajo" parecen (según observadores) aludir a un nuevo incentivo a la fabricación de armas, el más rápido y efectivo método, capaz de funcionar siempre que Estados Unidos encuentre dónde usarlas y en especial rescatar el dinero necesario para pagarlas.
Algo que parece seguro es la suspensión de los acuerdos de libre comercio, un plan de seguridad nacional y una revisación completa de las visas de ingreso.