Tras diez años de gestiones, el acuerdo comercial entre el Mercosur y la Unión Europea, está a punto de quedar enterrado definitivamente como consecuencia de las movilizaciones que los agricultores de Francia, España y Bélgica llevaron a cabo para reclamar por lo que consideran una crisis agrícola.
La asociación entre el Mercosur y la Unión Europea se convirtió en un "chivo expiatorio" de la crisis del mundo agrícola, según expresiones de la Vicepresidenta de la Comisión de Asuntos Exteriores de la Asamblea Nacional de Francia. Aún había tibios intentos de revertir la situación, pero dadas las dimensiones que logró la movilización, las autoridades consideraron que los tratados de libre comercio y en especial el del Mercosur con la Unión Europea, eran la causa de todos los males de los agricultores de Europa.
El temor era que se produzca una avalancha de productos agroalimentarios provenientes de América, por lo que el Presidente Macron buscó calmar la revuelta y terminar con el bloqueo de carreteras y autopistas que amenazaba con extenderse no sólo a Francia, sino también a España y Bélgica.
Durante los últimos días las delegaciones de ambos bloques estuvieron reunidas en Brasil, para intercambiar temas técnicos y políticos y si bien afirmaron ayer que aún queda una tenue luz de esperanza, todo indica que diez años de tratativas han transcurrido para nada.