El Primer Ministro de Israel rechazó las condiciones de Hamás para la liberación de los 132 rehenes que quedan en su poder en Gaza, a cambio del cese del fuego y la liberación de quienes están en poder de Israel.
El rechazo fue absoluto y total ya que, según sus palabras, "si cedemos no podemos garantizar la seguridad de nuestros ciudadanos, y nuestros soldados habrán caído en vano".
Israel continuará su ofensiva sin ningún cambio hasta el total exterminio del último de los integrantes de Hamás, sostuvo Netanyahu, que aseguró que la presión militar es la única solución para devolver sanos y salvos a los cientos de miles de evacuados de las comunidades colindantes a Gaza.
"Si aceptáramos un cese al fuego, sería abrir el camino a un nuevo 7 de octubre, por lo que no estoy dispuesto -dijo- a soportar un daño tan fatal a la seguridad de Israel".
Ayer los terroristas de Hamás habían divulgado un documento de 16 páginas que reclamaba el cese inmediato de los ataques y proponía un alto al fuego en tres fases que durarían unos 90 días, durante el cual Hamás liberaría a todos los rehenes civiles mientras Israel excarcelaría a cientos de presos palestinos, se retiraría de las ciudades gazatíes, permitiría la libertad del movimiento en el enclave, cesaría el uso de drones y duplicaría la cantidad de ayuda que permite entrar.
En una segunda etapa Hamás liberaría a las mujeres soldados y los cadáveres de cautivos (unos 27 cuerpos frente a los de alrededor de 110 rehenes que serían los que quedan vivos dentro de la Franja de Gaza, e Israel excarcelaría más prisioneros, mientras que en la tercera fase, Israel retiraría sus tropas de la frontera de Gaza y el grupo terrorista terminaría deliberar a todos los rehenes soldados y hombres en edad de luchar.
La respuesta del Primer Ministro israelí fue más lejos y dijo que Gaza debe ser desmilitarizada y quedar bajo pleno control de seguridad de Israel.