En la jornada de hoy continuará el taller del luthier Camilo Abrines quien llega desde Maldonado para dar a conocer su propuesta, que tiene una vinculación directa con la música, ya que su labor es la recuperación de instrumentos y la construcción de muchos de ellos.
En este año -explicó Abrines- traje una propuesta didáctica-teórico-práctica. Proyectamos un cortometraje que pudimos realizarlo gracias al apoyo de los Fondos Concursables del MEC, siendo esto un avance de lo que formalmente presentaremos a partir de marzo.
Agregó que “se puede apreciar la dinámica de un taller de luthería y cómo es esa relación con los músicos, buscando sacarlo hacia afuera y cuál es el diálogo que se genera en ese ida y vuelta y también vamos a complementar todo esto con un taller teórico-práctico que será hoy, donde tendré la colaboración de uno de mis asistentes, mostrándose la dinámica de los instrumentos de cuerda.
El público valora los instrumentos hechos a mano porque son diferentes, tienen una mayor calidad y en Uruguay en algún momento estuvo desarrollado el oficio de luthier, pero felizmente en los últimos años esto se ha recuperado y mi experiencia como formador en la escuela de música de Maldonado, me permite indicar que siempre hay gente que quiere acceder a los cursos, ya sea para conocer en profundidad el oficio o los instrumentos.
También están los músicos que entienden que el instrumento que tienen ya llegó al máximo posible y quieren tener uno hecho a mano, como una guitarra o un violín y ese es un público objetivo que no podemos perder de vista.
Maldonado es un centro importante a nivel musical y también Soriano, gracias a todo el desarrollo que se ha logrado a través del movimiento jazz a la calle.
Disfruto mucho cada año que llego a Mercedes porque es la posibilidad que tengo de contar lo que está pasando en la región este, nutrirme de todo lo que ocurre en cada uno de los encuentros y conocer artistas de una dimensión realmente increíble”.
Dado que tu conoces el movimiento de jazz desde 2009, ¿cómo puedes evaluar el desarrollo que se ha tenido con el paso del tiempo?
“En las charlas que he mantenido con ‘Macoco’ he podido conocer los inicios de todo esto y realmente es increíble el desarrollo que se ha logrado. Recuerdo los sueños que se planteaban en esos tiempos y muchos de estos ya son realidad. Hoy no solo tenemos el encuentro, sino que está la escuela que funciona en forma excelente durante todo el año y cuyo formato viene siendo pedido por otros centros que quieren desarrollarse en el país y luego tenemos la UTEC que es la coronación hacia algo muy profesional, lo que permite que gente joven sobre todo, pueda visualizarse como músicos profesionales”.
¿Los instrumentos pueden ser recuperados?
“Creo que antes de desechar cualquier instrumento, primero hay que preguntar. Los luthier además de construir de cero un instrumento, tenemos otra de las tareas que es la recuperación de los mismos y mantenerlos en otros casos. El mantenimiento hay que proporcionárselo a todos de una u otra manera. Los instrumentos de fábrica en algunos casos son ninguneados, pero sirven porque permiten que una persona se inicie en la música. Un chico que quiera, por ejemplo, iniciarse en el violín, en primera instancia no va a adquirir uno que tenga un valor superior a los 4 mil dólares, sino que comenzará con uno básico y si ese músico va evolucionando, va a aspirar a un instrumento de calidad superior”.