Hacía varios años que el río no repetía su costumbre de desbordarse sobre Mercedes, trayendo con ello el perjuicio para numerosos vecinos y en particular el daño económico para quienes han establecido sus negocios sobre la costa. Los anuncios indican el pronóstico de un trimestre lluvioso, con precipitaciones por encima de lo normal, que dejó atrás la prolongada sequía para poner el fenómeno en la otra cara de la moneda: las inundaciones.
El nivel del río frente a Mercedes tuvo en las últimas semanas una leve tendencia a la baja, después de una crecida que por momentos tuvo picos de diez centímetros en la hora, lo que no dio tiempo para las previsiones y dejó a los dos paradores ubicados en la rambla a merced no sólo de la evolución del clima, sino también perdiendo la mejor oportunidad del año en materia de ventas.
A ello se le suman otros dos efectos negativos: los daños colaterales, algunos de ellos de difícil y costosa recuperación y la presencia de los ladrones que siempre aprovechan estas oportunidades para llevarse lo que puedan aún aquellas cosas que no les sirven para nada.
Más allá de que la posibilidad anunciada de que el cien por ciento de la fase El Niño se mantenga durante el trimestre que terminará en febrero, y las fuertes crecidas en los tramos medio y bajo de los ríos Uruguay y Paraná que taponean la salida del río Negro, tanto los paradores como casi la treintena de carritos ubicados en la zona costera, resultaron y resultan fuertemente perjudicados. Los dos paradores de la rambla que tuvieron que desalojar sus instalaciones en cuestión de horas y con el agua a la cintura, encontraron otro problema en la falta de galpones para alojar transitoriamente sus pertenencias, por lo que contaron con la colaboración de un empresario local de camiones que aún contienen la mercadería sin haberla podido descargar desde entonces. A ello se suma el natural deterioro de muchas de las instalaciones (deks, que fueron levantados y arrastrados de su lugar, alguna mesa que se fue aguas abajo y otros efectos livianos o de madera, sin contar las instalaciones eléctricas que al mojarse se deterioran totalmente y cuyos efectos se sienten aún después de reiniciadas las labores en los servicios de gastronomía.
Las previsiones de precipitaciones superiores a lo normal que ya han afectado especialmente a Artigas, Salto y Paysandú, tienen su origen en las temperaturas con valores superiores a los normales en el Océano Pacífico ecuatorial, por lo que los indicadores climáticos y los últimos pronósticos muestran una persistencia de la fase Niño hasta febrero, como lo muestran los modelos elaborados a este respecto.