Se puede observar casi a diario en calles de Dolores, motociclistas circulando sin caso.
Ayer, en la intersección de Gomensoro y Gadea a las 9 y 30 horas de la mañana y en Redruello y Elena Barros, unos minutos después, en calle Agraciada y Dalmiro Pérez sobre mediodía, como en Continuación Rico Puppo casi Oribe pudimos ver y comentar con vecinos de esos barrios la indiferencia de algunos que circulan sin casco (foto). Al ver que intentábamos sacarle la foto en una oportunidad, los insultos no se hicieron esperar, acompañado de sus “justificaciones” del porqué no usan casco para nosotros totalmente incomprensibles.
La fiscalización por parte de la Dirección de Tránsito existe en esta ciudad, pero no hay la cantidad necesaria de efectivos que recorran la ciudad sobre todo por las calles alejadas del centro como las nombradas anteriormente porque están apostados generalmente en el centro, donde el tránsito es mayor.
Casualmente el pasado viernes, la UNASEV hizo un informe que se publicó en la edición de ayer en página 5 de este diario, donde Alain Mizrahi del Grupo Radar, dijo que “las multas han bajado a los motociclistas y que eso fue “posiblemente” debido a que creció el uso del casco”.
Es evidente que en localidades chicas como Dolores o Villa Soriano las infracciones existen al igual que en Rodó, Risso, Egaña, o Santa Catalina porque no hay posibilidades de controlar.
Cuando les preguntamos a los motonetistas por qué no usan el casco, que pude salvar la vida, dicen que “nos da calor”, “limita la visión”, “no podemos girar la cabeza”, “nos despeinamos”, y otros dicen que “somos buenos conductores”, “es antiestético”, o “vamos unas cuadritas”. Es increíble que tampoco usen espejos porque “afea las motos”, “no nos hacen falta”, “vemos bien”, etc.
La seguridad no les importa, la realidad de las calles a veces no coincide con las encuestas, y eso se puede ver si se sale a recorrer, los barrios que rodean cualquier ciudad.