El gobierno argentino asegura que el ingreso de Argentina a las negociaciones del bloque integrado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica (BRICS) no necesita aprobación legislativa porque no es un tratado o acuerdo internacional. En la voz del Canciller Santiago Cafiero se formuló el argumento que no sólo es incomprensible, sino que tuvo durante el gobierno de Macri, una dura oposición de Alberto Fernández y los Kirchner.
En un mensaje grabado el Presidente argentino Alberto Fernández dijo que la integración de su país al BRICS "abre un nuevo escenario para la Argentina que va a ser protagonista de un destino común en un bloque que representa más del 40% de la población mundial".
La iniciativa cuenta con el rechazo de los candidatos presidenciales Patricia Bullrich y Javier Milei pero el gobierno argentino sostiene que no es solamente una decisión de gobierno, sino de la Argentina toda y se corresponde con intereses provinciales y de distintas cadenas productivas.
Argentina había estado férreamente opuesta a las ideas manejadas por Uruguay en su momento, de una flexibilización del Mercosur para poder negociar en particular con China.
Sin embargo, la confusión en el vecino país es tal que a fines de junio de 2019 Alberto Fernández que entonces era candidato presidencial, escribió que "no queda claro cuáles serán los beneficios concretos de una incorporación de Argentina al BRICS, pero sí queda claro cuáles son los perjuicios para nuestra industria y el trabajo argentino, ya que un acuerdo así no genera nada para festejar, sino muchos motivos para preocuparnos".
Por su parte, Máximo Kirchner había agregado en aquel momento cuando Macri era gobierno, que "el acuerdo es una avivada de los europeos, porque Argentina y Brasil tienen presidentes que ponen de rodillas a su pueblo".
El canciller uruguayo Francisco Bustillo había calificado aquel acuerdo en 2021 como incompleto, recordando que Argentina había presionado a Uruguay durante el segundo mandato presidencial de Tabaré Vázquez, para realizar el anuncio, porque quería exhibir un logro de política exterior en un año de elecciones presidenciales.