La muerte de la adolescente de Punta del Este Valentina Cancela, fue el corolario de una serie de denuncias mutuas por agresiones que hacían presumir un final trágico.
Ayer la justicia dispuso que en treinta días presentará la acusación que, en el caso de aplicarse pena máxima, será de diez años previa internación en el INAU hasta que cumpla la mayoría de edad.
El padre del matador y la madre de Valentina habían realizado intentos para impedir un desenlace dramático, aconsejándoles que abandonaran la relación, aunque ambos se negaron.
El 15 de febrero de este año el muchacho había presentado la primera denuncia contra la chica con dos testigos de 48 y 52 años, que la vieron agrediendo físicamente al denunciante interviniendo un móvil policial. Allí la chica reconoció que le pegó un puntapié y le propinó golpes de puño, notificándose a los padres.
La segunda denuncia fue el 29 de junio y esta vez la hizo la madre de Valentina, quien relató lo sucedido y solicitó medidas cautelares contra el joven. La madre de Valentina admitió que pasado un tiempo desde que iniciaron el noviazgo, la relación se tornó violenta.
Tras los sucesos en la playa de Punta del Este, el joven le admitió a su padre lo que había hecho y fue aconsejado de que dejara de negar su culpabilidad. Así fue que dijo que estaba sentado detrás de ella con las piernas abiertas y con motivo de una discusión, la tomó del cuello y la asfixió.
Los reportes dicen que el joven no mostró en ningún momento arrepentimiento y se especula que se trata una vez más de drama familiar, donde los consejos están ausentes, muchas veces por la actitud de los propios jóvenes, cada vez más influenciados por atractivos exteriores que se imponen a la propia familia.