La visita de los Reyes Magos volvió a causar sorpresa, alegría, de-sencanto también, por qué no, y algunos pequeños dijeron que los camellos dejaron huellas en el piso, se comieron las galletas, el pasto y dejaron los regalos escondidos, otros en el arbolito que fue testigo de su llegada y de la elección del zapato para dejar allí su obsequio. Son esos simpáticos viajantes que todos los años en enero, nos visitan con sorpresas y regalos a cambio de sonrisas y un poco de agua y pasto para sus cansados camellos.
Es tradición que los niños escriban una carta dirigida a los Reyes solicitando los regalos que desean así como asegurando su buen comportamiento durante el año ya que, según la leyenda, los chicos que se portan mal reciben carbón dulce en vez de regalos.
Los niños ilusionados en recibir regalos de los Reyes dejan sus zapatos para que en ellos los visitantes dejen sus obsequios.
Aunque sin lugar a dudas el 6 de enero trae desencanto y tristeza a los menos, la llegada de los reyes es una costumbre que engloba a toda la familia, todos tienen su cuota-parte en esta jornada.
Es un día con magia, sorpresa y premios para esos niños que merecen, por su actitud durante todo el año, recibir los juguetes deseados. Y sin duda es un premio también para los Reyes, ver esas caritas de felicidad y de alegría de sus niños.
Los regalos elegidos por los Reyes y pedido por los pequeños y los no tanto tuvieron que ver con lo tecnológico aunque también se pudieron apreciar otros tradicionales como la bicicleta, los patines, la patineta, pistolas de agua, pelotas de fútbol, peluches, muñecas, superhéroes articulados. Aunque ya no se observan muchos pequeños en las veredas compartiendo la alegría de los obsequios la cámara de Crónicas pudo captar algunos instantes de los niños en diferentes zonas de la ciudad disfrutando de este día que se repetirá en el 2018.