Como es tradicional el Obispo de Mercedes, Monseñor Carlos María Collazzi reunió ayer a los medios de prensa para dar a conocer su mensaje de Navidad a través del cual pide que “abramos los corazones para recibir a Jesús portador de alegría, paz y cercanía”.
Mencionó que durante la última reunión de la Conferencia Episcopal se analizaron varios temas, mencionando Collazzi que “lo sucedido en Dolores es un ejemplo grande de cómo se le sacó brillo a una virtud que es la solidaridad. Todos, de una manera u otra, estuvieron presentes en ese momento, no sólo en Dolores sino también en Carmelo, Rosario, donde el mal tiempo de esos días provocó una serie de inconvenientes a muchas familias”.
En cuanto a la situación que vive hoy la sociedad por la violencia que se aprecia en diferentes órdenes, el Obispo indicó que “cuando el odio y la violencia se anidan en el corazón, la sociedad pierde mucho y creo que hay mucho de violencia, rencores, prejuicios. La violencia se ha anidado en todos los ámbitos de la sociedad, con reacciones que tenemos que son preocupantes y creo que todo ello está dado en un gran vacío que tenemos en nuestros corazones”.
Referido a los daños que sufrió la Iglesia parroquial de Dolores, expresó que lo primero que se hizo fue volcar la ayuda que se recibió en el Obispado de todo el país, hacia la Intendencia y el Comité de Reconstrucción, comprándose elementos que se fueron pidiendo para reconstruir las viviendas.
Reconoció que la preocupación fue muy grande porque los daños eran muchos más de los que se podían ver desde el exterior y para su reconstrucción se ha elaborado un proyecto en etapas, el que ya se venía pensando y se ha podido culminar la primera que abarcó el arreglo de los techos, preparándose ahora una segunda que se vincula con revoques interiores, consiguiéndose para esto alguna ayuda del extranjero.
Mencionó que la Parroquia Sagrado Corazón también ubicada en Dolores, fue el centro durante muchos meses, de una actividad social habilitándose allí un comedor y un depósito de alimentos. Tras la firma de un comodato, se va a construir un nuevo edificio donde funcionará el comedor, cuyas obras se iniciarán en los primeros días del año venidero.
Collazzi también mencionó su preocupación por la afectación que tiene la droga en la sociedad, indicando que quedó impactado tras su visita a la Unidad Penitenciaria de Pense y a Piedra de Los Indios, por el alto porcentaje de personas recluidas que están cumpliendo una pena por situaciones vinculadas a este tema.
Recordó que desde hace mucho tiempo la Diócesis se ha preocupado por cómo la comunidad resulta afectada y por ello desde el Obispado se estuvo vinculado desde el inicio de la formación de Los Juncos.
Collazzi manifestó que a su entender habría que hacer una acción preventiva en el ámbito educativo, atender a quienes primero lo necesitan y luego ver todo lo vinculado a un restablecimiento. Considera que es un tema complejo a nivel mundial y que tiene el origen en lo económico, porque hay que entender la red de comercialización que se genera, que está detrás de todo esto y que ponen como una pantalla a los pequeños vendedores, pero a nivel internacional existe un narcotráfico muy grande. Agregó que en sus visitas continuas a Colombia esto lo ha comprobado, por lo que habría que tomar medidas que involucren al mundo entero.
Sobre el tema suicidios dijo que lamentablemente en la zona han crecido los intentos y que ello está vinculado a vacíos que tiene el ser humano, a darle sentido a la vida.
Finalmente y sobre su actividad como integrante del CELAM y también en la presidencia de la Conferencia Episcopal, Collazzi indicó que el 2017 será un año intenso.
Con el CELAM ya hay planificadas actividades en marzo, abril, mayo y agosto y para noviembre ya está prevista la visita de todos los Obispos de Uruguay a la Santa Sede.