Para muchos (quizá la mayoría) se trata de banalidades propias de una vida de frivolidad. Sin embargo es la realidad de un país que ha mantenido la monarquía durante siglos y probablemente la seguirá teniendo.

La Reina Isabel, dentro de las numerosísimas posesiones tenía algunas verdaderamente insólitas.  En el Palacio de Buckingham en un tamaño descomunal que posee 775 habitaciones, su megavestidor está compuesto por más de 5.000 sombreros, su característico accesorio, una tiara con 1.333 diamantes y otras posesiones realmente curiosas.

Amante de los animales, sobre todo sus perros y caballos, por derecho real era propietaria de todos los cisnes mudos de las aguas abiertas de Inglaterra y Gales que compartió con dos compañías por un acuerdo que se remonta al siglo XV cuando los animales se consideraban un manjar y se los criaba para llevarlos a la olla. Los cisnes actuales no se matan.

Según un estatuto que data de 1324 todos los delfines del Reino Unido que sean capturados pertenecen a la Reina por una Ley que sigue vigente hoy y cubre también ballenas y esturiones, si se les captura dentro de las tres millas de las islas del Reino Unido. 

Le pertenecen a Isabel la mitad de la costa del Reino Unido y sus paisajes urbanos incluyendo los parques eólicos que fueron instalados en esas zonas.

Las conocidas carteras de la Reina pertenecen a la lujosa marca del diseñador Launer de Londres y según la prensa británica cada una tiene un costo de 2.500 libras esterlinas (unos 3.000 dólares), contabilizándose sus carteras favoritas (unas 200) de los estilos Royale y Traviata.

En el Palacio de Buckingham aunque no tiene necesidad de dinero físico, existe un cajero automático, cortesía del banco Coutts, entidad que trabaja con el patrimonio de la familia real.

Si bien no era una espectadora frecuente de tenis, el Torneo de Grand Slam tenía un asiento especialmente reservado para ella. Lo ocupó una vez en treinta años para ver jugar al escocés Andy Murray.

La Reina fue propietaria de la Torre de Londres y su famosa fortaleza a orillas del Támesis, incluídas las joyas de la corona y por extensión la famosa bandada de cuervos que ahora pertenecen a Carlos.

Otra curiosa propiedad de la monarca, son dos tortugas gigantes nativas de las Islas Seychelles que, por la expectativa de vida que tienen, la sobrevivirán muchos años.

En un primer momento estaban alojadas en el zoológico de Londres, pero luego fueron trasladadas a una de sus propiedades.

La Reina recibió cuatro títulos Guinness. Fue la monarca en el cargo más antigua del mundo, fue récord como la Reina más rica del planeta con una riqueza estimada en 310 millones de libras esterlinas, unos 504  millones de dólares. También fue récord Guinness porque su imagen aparece en las monedas de 35 países diferentes.

Isabel posee su propio diseño de tartán, también conocido como tela escocesa, que fue diseñado por su tatarabuelo, el Príncipe Alberto en 1853 y que incluso, los miembros de la familia real técnicamente tuvieron que pedirle permiso a la Reina para usar telas de ese tipo.

En una parte del sitio que ahora ocupa el Palacio de Buckingham, existe un bosque de moreras plantado en un intento fallido de criar sus propios gusanos de seda y hace dos años Isabel solicitó personalmente que el jardinero del palacio plantara una colección definitiva de arbustos de morera, que ahora comprenden la colección nacional británica oficial de la planta.

Como una sofisticada coleccionista de objetos, como automóviles por ejemplo, una de sus colecciones eran nuevos Fabergé y otros accesorios del famoso orfebre, colección iniciada por la Reina Alexandra a comienzos del Siglo XX y que ahora se estima que incluye unas 600 piezas. Es posible que nunca se sepa si la Reina tuvo habilidades de cantante, pero recibió al menos un disco de oro. Fue en 2002 cuando la familia real celebró los 50 años de Isabel en el trono con una celebración del Jubileo de Oro, sobre el cual el sello Emi lanzó un CD que vendió 100.000 copias en su primera semana de lanzamiento, por lo que la Reina recibió un disco de oro en honor a ese logro, lo que la convirtió en el único miembro de la familia real en obtener ese galardón de estrella de rock.

Como se observa, haber vivido mucho tiempo no es sólo la virtud mayor de la monarca británica.