En el marco del Día
Internacional de los Derechos Humanos a 68 años de la Declaración Universal,
aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, se dejó inaugurado el
Memorial del Detenido Desaparecido al este de la rambla mercedaria.
La propuesta surge de
la Comisión Memoria, Justicia y Contra la Impunidad de Soriano y su
construcción demandó más de dos años, y en ella participaron colectivos de trabajadores
y la comunidad en su conjunto.
Se realizó un programa
artístico musical con parte oratoria donde hicieron uso de la palabra
representantes de CRYSOL-organización de ex presos políticos, Comisión de
Detenidos Desaparecidos de Montevideo y Soriano, PIT CNT, Madres de Plaza de
Mayo línea fundadora, y otras organizaciones sociales que acompañaron todo el
proceso, haciéndose presentes otros ciudadanos que llegaron de diversos puntos
del país así como vecinos de Mercedes.
Néstor Gurruchaga
manifestó que espacio municipal de la envergadura de este que se inauguró no
existe en todo el interior del Uruguay. Importante del mismo calibre el
Memorial Central que se encuentra en el parque Vaz Ferreira en el Cerro de
Montevideo.
Se puso de manifiesto
el enorme trabajo desplegado, el apoyo de la Intendencia de Soriano y las
cuadrillas municipales que los hicieron en forma responsable.
Se subrayó que, se
eligió el camino más largo, pero sin dudas el de mayor recompensa porque se
trata de una obra que se podría haber terminado e menos tiempo pero debido a la
participación de distintos actores el proceso se demoró. “No se miró solo el
aspecto económico en la concreción del proyecto sino que el corazón y el alma
fue el trabajo solidario que se observó durante todo el periodo”.
Nora Morales: “No
Podemos Permitir que Miles de Genocidas Sigan Libres”
Nora Morales de
Cortiñas, cofundadora e integrante del movimiento de Madres de Plaza de Mayo-
Línea Fundadora llegó a Mercedes y relató a Crónicas que tuvo dos hijos, uno de
ellos Gustavo, detenido desaparecido. Fue profesora de alta costura y trabajaba
en su casa enseñando a jóvenes a coser.
Señaló que “sabía de
la militancia política de Gustavo y de su trabajo solidario en barrios
humildes. El no nos ocultaba nunca nada. Se casó siendo un muchacho, cuando
estudiaba Ciencias Económicas en la Universidad de Buenos Aires. Tenía 24 años,
una esposa y un hijo muy pequeño. Lo desaparecieron el l5 de abril de l977.
Salió una mañana fría y no llegó más. Lo secuestraron en la estación de tren,
mientras iba camino a su trabajo. Esa noche un operativo militar y policial
allanó mi casa, en donde estaba mi nuera. Afortunadamente, a ella no le
hicieron nada. A partir de ese momento comenzó una larga peregrinación por
encontrar a Gustavo. Enviamos cartas al Papa, presentamos recursos de habeas
corpus en los juzgados; recorrimos iglesias, dependencias oficiales, cuarteles,
morgues, organismos de derechos humanos y visitamos a políticos, periodistas,
intelectuales, curas y militares. Sólo queríamos que nos dijesen la verdad”.
Mirtha Acuña de
Baravalle en agosto de 1976, durante la dictadura militar autodenominada
Proceso de Reorganización Nacional (1976-1983) fue secuestrada-desaparecida su
hija Ana María Baravalle, quien se encontraba embarazada, junto a su yerno
Julio César Galizzi.
Durante varios meses
buscó a sus familiares sola y sin apoyo. A comienzos de 1977 integró el primer
grupo de madres y familiares que se comenzaron a reunir en la Plaza de Mayo,
que luego fue conocido como Madres de Plaza de Mayo y de la cual fue una de sus
catorce fundadoras.
Ambas se sumaron a la
inauguración y alentaron a las madres uruguayas a seguir luchando manifestando
su emoción por el hecho en el cual participaban en Mercedes.
Sostuvo que “pese a
los años, a las décadas pasadas sin respuesta, están siempre floreciendo
personas, grupo, en los cuales estamos viendo que no van a permitir que los
gobernantes signa ocultando datos e información y en algún momento van a lograr
conocer la verdad. Feliz de estar confundiéndonos con ustedes, sintiendo lo
mismo, luchando por el mismo objetivo. Sigan luchando junto a las nuevas
generaciones para conocer la verdad”.
Señalaron
por otra parte que en la Argentina también se está haciendo un acto que
demuestra que “seguimos resistiendo, el olvido, a la injusticia, a que sigan
caminando impunes miles de genocidas por nuestra América Latina. En Uruguay
tenemos la satisfacción de estar con gente amiga, que caminamos juntas. Hace
más de 30 años con Luisa (Cuestas) transitamos por las calles latinoamericanas,
integrando la Federación Latinoamericana de Familiares de detenidos
desaparecidos, junto a otras madres, compartiendo el dolor y la lucha. Hoy acá
como en Argentina, comprometiéndonos día por día. Madres familiares y el
pueblo, conseguimos tener un juicio y queremos que en Uruguay suceda lo mismo y
se castigue a los genocidas, no los queremos sueltos en el mundo, queremos ir
por la calle sin tropezarnos con ellos. Siempre estaremos acompañándolos”.