Los productores uruguayos comienzan en los próximos días la siembra de una de las zafras de soja más importantes de los últimos años. Luego de dos campañas que para muchos cerraron con números negativos, el ciclo 2016/2017 tiene el impostergable desafío de recomponer la ecuación agrícola y contribuir a la esperada recuperación de la economía para 2017.
Salvo por el muy alto precio de las semillas, los agricultores tienen una mejor ecuación insumo/producto por la baja del precio de los fertilizantes y la moderada reducción del costo de la tierra.
Los precios internacionales de la oleaginosa se han mantenido estables por encima de los muy bajos precios del año pasado, a pesar de la confirmación de una súper cosecha en Estados Unidos. La demanda, liderada por China ha equilibrado la presión de oferta.
El partido se juega en los próximos meses en América del Sur. La producción en esta parte del mundo tiene el riesgo de un año Niña que por ahora seguiría siendo débil, aunque ha dado recientes muestras de vitalidad. Y un problema en Brasil o Argentina puede provocar una fuerte reacción de precios internacionales como ya está pasando con el azúcar y el café que van en fuerte suba.
En Uruguay da la impresión que la siembra empezará con buena agua en el perfil de los suelos. Para un cultivo que se juega su siembra de primera en noviembre, las lluvias de la segunda quincena de octubre fueron muy oportunas.
La próxima zafra
en Uruguay
Cuando ya se está en las gateras para iniciar la siembra, es claro que la oleaginosa se mantendrá por lejos como el principal cultivo de Uruguay. Su área se mantendrá estable o, en todo caso, habrá un leve descenso.
Para manejar estabilidad o una baja habría que definir la superficie de la campaña anterior. Para la Dirección de Estadísticas Agropecuarias (DIEA) fue de 1,1 millones de hectáreas, para los privados se ubicó entre 1,25 y 1,3 millones de hectáreas. Seis veces más que el trigo, el segundo cultivo en área de Uruguay.
En las consultas con operadores del sector había todavía dudas sobre si se podrá mantener el área del año pasado por algunas restricciones de disponibilidad de semilla. Si bien se ha podido importar algo más de lo esperado desde Argentina, todavía quedan lotes a nivel local –de empresas semilleras o de productores– que podrían bajar su poder germinativo durante octubre.
Dada la ajustada disponibilidad interna se han tenido que importar en algunos casos genéticas con ciclos más cortos a los sembrados en Uruguay con una participación mayor a años anteriores de la variedad Intacta (que tiene un precio bastante más alto). Es posible que queden algunas áreas más marginales todavía en duda, especialmente para cultivos de segunda.
Tomando un área de 1,2 millones de hectáreas y un rendimiento promedio de 2.400 kilos por hectárea se alcanzaría una producción del orden de 2,9 millones de toneladas. Esto es alrededor de medio millón de toneladas más que la campaña anterior. Si se toma un valor FOB de US$ 375/US$ 385 por tonelada con un saldo exportable de 2,8 millones de toneladas se tendría un ingreso del orden de US$ 1.050 millones, alrededor de 20% más que en la campaña 2015/2016.
Los vaivenes
de La Niña
Las últimas proyecciones sobre el evento Niña aumentaron su probabilidad, especialmente para el último trimestre del año que arrojaría para Uruguay precipitaciones por debajo del promedio y temperaturas por encima de la media histórica.
Para los meses de verano la probabilidad es menor que para la primavera y eso se acentúa cuanto más se acerca al otoño en 2017.
Los pronósticos sobre el evento Niña que seguiría al episodio de El Niño han sido volátiles. Sobre abril-mayo las proyecciones sobre un eventual efecto de La Niña para la primavera estadounidense ayudaron al rebote de los precios de la soja y el maíz en conjunto con la menor producción su-damericana para ambos granos. Según el último reporte del Centro de Predicciones Climáticas de EEUU, junto al Instituto de Investigación del Clima de la Universidad de Columbia, para el trimestre octubre-diciembre la probabilidad de un episodio Niña era de 65% bajando a 44% para enero-marzo.
En los dos últimos informes aumentó la probabilidad respecto al reporte de comienzos de setiembre en el que había un 40% de posibilidad de un evento Niña para octubre-diciembre y de 30% para enero-marzo.
En el último informe del local Grupo de Análisis de Tendencias Climáticas se manejó una alta probabilidad de precipitaciones por debajo del promedio para octubre-diciembre.