Al entrar a Villa Soriano, cada visitante se veía deslumbrado por el tamaño de un árbol centenario: un Timbó u “Oreja de Negro” como suele llamársele.
Días pasados, en ocasión de realizarse en esa localidad, el “Día del Patrimonio” y el Encuentro de Apicultores muchos visitantes comentaron sobre la pena que sentían al ver ahora sólo el “esqueleto” de lo que fue un árbol enorme cuya sombra abarcaba unos 30 metros de circunferencia.
De él quedan ramas desnudas, de color amarronado y gris, donde nuca más fue albergue para los pájaros (foto).
Vecinos nos informaron que desde el año 2008, los lugareños comenzaron a notar el deterioro de este enorme ejemplar, a raíz de lo cual, estuvo en Villa Soriano una delegación de la Comisión del Patrimonio y del Jardín Botánico para estudiar conjuntamente con la IMS la forma de recuperar el Timbó.
Algunos pobladores dicen que este árbol fue sembrado en 1904, por un vecino de la localidad de nombre Mariano Mendieta con el fin de tener sombra cerca de su humilde rancho; otros sin embargo van más atrás en el tiempo y dicen que puede tener más de 200 años.
Sobre las causas de “su muerte” entendidos en flora dicen que habitaron en sus ramas muchas plantas del “clavel del aire” que es una especie de “parásito vegetal” que habría llegado desde el Delta argentino.
Otros opinan que al colocarle focos para iluminarlo esto, en vez de ayudarlo contribuía a invertir el tradicional proceso de la fotosíntesis.
En el año 2002 un grupo de estudiantes de Formación Docente realizaron una jornada de sensibilización con el fin de ayudar a quitar el clavelillo de sus ramas. El tiempo pasó, no se hallaron las soluciones adecuadas y ahora al entrar a la Histórica se ve la imagen desoladora de un árbol que en otra época atraía las miradas por su verdor.