El Poder Ejecutivo está decidido a revisar el esquema de bonificaciones que ANCAP otorga a la cadena de distribución y comercialización de combustibles. En ese marco, el ente petrolero ya comenzó a jugar sus fichas para cumplir con el compromiso que el gobierno presentó en la última Rendición de Cuentas de reducir en US$ 50 millones los costos de esa parte del negocio.
La primera acción que tomaron las autoridades de ANCAP fue la de "denunciar" el contrato que hoy está vigente con las cuatro distribuidoras que están operando en el mercado: ESSO, Petrobras, Ducsa y Canopus. Las dos últimas son propiedad del propio ente estatal. Canopus cuenta con una parte menor del mercado de algunas estaciones que pertenecían al sello Texaco.
El contrato de distribución caerá el próximo 8 de diciembre pero si ANCAP no denunciaba el mismo al menos tres meses antes de ese plazo, el vínculo se renovaba automáticamente en las mismas condiciones. Esta información ya llegó a oídos de las estaciones de servicio del país que dan por descontado que habrá un cambio en las reglas de juego en los márgenes que hoy están vigentes.
"Es algo natural. El primer contacto de ANCAP es con las distribuidoras, luego vendrán los fleteros y las estaciones", explicó un estacionero. Los estacioneros dan por descontado que si se denunció el contrato con las distribuidoras, será para hacer cambios, lo que luego repercutirá "indefectiblemente" en las bonificaciones que están recibiendo hoy por cada litro de nafta o gasoil que comercializan al público.
Esta noticia amplió la preocupación de la Unión de Vendedores de Naftas (Unvenu) sobre los cambios que ANCAP está discutiendo en los márgenes que regirán a partir del próximo año.
Uno de los informantes reveló que el equipo técnico que está abordando el tema no cuenta con la suficiente experiencia. "Sólo hay un asesor que trabajó en una distribuidora. Por la información que manejamos, no tienen muy claro hacia dónde van a apuntar", alertó.