Un tipo de mosca que, a diferencia del mosquito, no pica sino que literalmente "muerde" con inusitada agresividad, está causando seria preocupación en gran parte de la provincia argentina de Buenos Aires. Se trata de la proliferación en cantidades inusuales del barigüí, una mosca negra pequeña que produce una fuerte infección a los humanos, aunque no trasmite ninguna enfermedad.
Las heridas, hondamente dolorosas, no tienen forma de combatirse ya que la mosca ataca con una agresividad, tanto a personas como a los animales.
Se movilizan en nubes o enjambres que molestan y tienen un parecido con los tábanos, aunque bastante más pequeñas en su tamaño. Resisten a los repelentes tradicionales y para reproducirse necesitan imperiosamente proveerse de sangre, lo que explica la insistencia frente a las defensas y reacciones de los humanos.
En la Argentina las zonas de Bragado, Junín, Alberti, Mercedes, Chivilcoy, Roque Pérez, General Arenales y General Belgrano, son los lugares más afectados, cuyos vecinos reclaman a las autoridades que al no ponerse de acuerdo para una eliminación uniforme han posibilitado la reproducción del insecto.
Las personas alérgicas sufren dolorosas reacciones que deben combatirse con el uso de antibióticos, mientras que a otras personas las mordeduras les generan solamente picazón.
A diferencia de los mosquitos, cuya larva se desarrolla en lugares de agua estancada, la larva del barigüí se desarrolla en arroyos y ríos con agua que corre.
La forma de combatirlo es volcar en los cursos de agua determinados productos químicos que al ser ingeridos por la larva les provoca la muerte en 24 horas.