En una noche que debió ser más cálida, en el amplio patio de la enorme casona sede del Centro Histórico y Geográfico de Soriano, se brindó un hermoso espectáculo cuyo brillo compensó el fresco de la noche. Adhiriéndose a la programación recordatoria del Día del Patrimonio las altas paredes que bordean ese hermoso espacio, sirvieron de cobijo al perfecto homenaje que esa prestigiosa Institución ofreció a nuestra comunidad, en recuerdo de los primeros 100 años de haberse musicalizado ese tango, emblema de nuestra música vernácula. Y sorprendió favorablemente la respuesta de los vecinos que en inmenso número bordearon el espacio destinado al desfile de nuestros mejores y reconocidos intérpretes del cancionero popular y a las filigranas que dos parejas dibujaran sobre el mismo espacio, las más difíciles figuras de esa danza centenaria.
Desde una joven, de templada y hermosa voz de una desconocida niña casi, para la mayoría de los concurrentes, hasta las reconocidas interpretaciones de las habituales voces nuestras del tango; desde las vivencias de la época que se iban desgranando a medida que transcurría la presentación, muy bien hilvanadas por los conductores, el acompañamiento en instrumentos de un reconocido dúo de guitarra y bandoneón y la ambientación apropiada de un cafetín del tiempo de la muerte del autor de “La Cumparsita”, se robaron los aplausos que se repetían luego de cada interpretación premiando la actuación de cada uno de los participantes.
Espectáculos como este deberían multiplicarse, pues gusta enormemente a quienes son amantes de la música nuestra y sabedores de las buenas programaciones.
Prueba más que evidente de lo que decimos fue la enorme concurrencia que sorprendió a todos, organizadores, artistas, directivos y vecinos.
Alfonso Arias