La decisión de bancos de plaza de no aceptar como clientes a las empresas que producen, distribuyen o venden marihuana legalmente, cayó como un balde de agua fría en el Instituto de Regulación y Control de Cannabis (IRCCA). Por eso, esta institución analiza alternativas para no dejar afuera del sistema financiero a estas compañías y, en particular, a las farmacias que amenazan con bajarse de la venta de cannabis con fines recreativos a raíz de esta situación.
Una posible solución llegó de parte de una institución financiera de plaza, la cual propuso que las farmacias tengan dos cuentas bancarias separadas: una para la actividad tradicional del comercio, y otra para la venta de marihuana. Para el abogado especializado en prevención del lavado de activos, Leonardo Costa, quien además ha asesorado a empresas relacionadas con el cannabis, esta alternativa permitiría hacer un monitoreo "intensivo" de la cuenta asociada al negocio de la venta de marihuana. El especialista aseguró que si bien esto aumentaría los costos para los bancos y las farmacias, podría dar más seguridad para las entidades financieras.
Según contó el asesor legal del Centro de Farmacias, Pablo Durán, algunos comerciantes están dispuestos a trabajar de esta manera para evitar quedarse por fuera del sistema financiero.
El principal riesgo al que se enfrentan los bancos al aceptar cuentas de empresas asociadas a la venta, producción o distribución de cannabis es que las corresponsalías financieras se nieguen a trabajar con ellos. Porque, aunque en Uruguay el mercado de la marihuana está amparado por la ley, para las compañías que adhieren a la Convención de Viena de la Organización de Naciones Unidas, se trata de un negocio ilegal.