Estados y bancos internacionales desconfían de la legalización del Cannabis y comienza una sucesión de medidas contra los productores de la marihuana y las farmacias que la venden. El Banco Santander clausuró la cuenta de dos farmacias, mientras el Itaú está analizando la misma medida. Aunque Uruguay reguló la comercialización del Cannabis para la operativa financiera, el dinero de los clientes proviene de una actividad restringida en la mayoría de los países del mundo.
Los controles a que se deben las instituciones financieras, interrelacionadas en el mundo, llevarán al cierre de cuentas en las empresas que comercialicen marihuana en forma de cannabis, tanto en la plantación como en las farmacias que la distribuyen en el país.
Por el momento el Itaú no ha tomado ninguna medida, pero sí está haciendo una investigación de acuerdo a lo anunciado por el Gerente General Horacio Vilaró.
El Banco Santander ya dispuso cierre de cuentas y el BBVA cuya matriz también es española está estudiando el comportamiento del sistema financiero uruguayo, dado que la decisión se tomará en conjunto con el resto de los bancos.
El nuevo panorama al que se enfrentan los bancos instalados en Uruguay, interfiere en su relacionamiento con los bancos del exterior. Si las instituciones financieras operan con empresas que venden cannabis, aunque lo hagan de forma legal por estar regulada por el Estado uruguayo, los bancos de otros países podrían negarse a realizar transacciones con ellos.