Con menos de veinte años dejaron impreso en el mundo el ejemplo de sacrificio, confianza y dedicación que ha debido valorarse como corresponde. Hace un año de la mano de Marcelo Broli había dado el primer paso no exento de cuestionamientos. El trajinar de las etapas de clasificación dejó por el camino por lesiones a valores fundamentales y ayer al medirse cara a cara con un rival potente como Italia, pareció sacar de lo más profundo de cada uno las enseñanzas de los héroes que hicieron historia desde Nasazzi hasta ahora. El carácter increíble del equipo, la confianza, la seriedad y muchas otras virtudes, permitieron escribir una victoria desde el primer al último minuto, emocionando a todo un país y generando una vez más admiración del mundo en razón de nuestra pequeñez territorial.
Diarios italianos no demoraron en escribir en la madrugada de Roma, que "il sogno degli azzurrini" se apagó a los 86 minutos cuando Luciano Rodríguez anotó la diferencia.
Agregan que fue una noche para olvidar de los Espósito porque a Italia le faltó capacidad para construir el juego, nunca fueron peligrosos y el resultado final fue una consecuencia lógica, aunque de cualquier manera el segundo lugar es el mejor resultado de Italia en la historia de la mayor competición juvenil.
Dicho por los propios periodistas rivales, el triunfo celeste cobra la rigurosidad de la justicia en el resultado, que, al cierre de nuestra edición seguía siendo festejado en cada una de las ciudades y pueblos de todo el país.