Hoy cumple cincuenta años de inauguración el Velódromo Municipal "Leonel Rocca" de Mercedes. Pese al grave momento que vive el Ciclismo uruguayo, hoy desde la hora 13 se ha planificado realizar una actividad de pista para Categorías Codecam, Junior y Master. Todo comenzará con el Ciclismo Master C y César Dorrego marcará el mayor recorrido durante una hora con el fin de dejar una marca registrada.

La misma será fiscalizada por comisarios deportivos para que pueda ser homologada por la Federación Ciclista Uruguaya. Estará presente el Sr. Oribe Sáenz que orienta la escuelita que funciona en el Velódromo y es quien hace cincuenta años ingresara con la antorcha en el día de la inauguración.

La Rica Historia del 

Velódromo Mercedario

Aprovechando la amabilidad del integrante de la Federación Ciclista de Soriano José Luis Bastos, que siempre ha trabajado por el pedal de nuestra zona, he aquí un racconto de la historia del Velódromo Leonel Rocca.

Cinco meses después de instalada la primer directiva de la Federación Ciclista de Soriano, que se fundara el 22 de febrero de 1939, presidida por el Dr. Atilio Pigurina Vivas, solicita a la Comisión de Educación Física, la necesidad de que Mercedes cuente con un velódromo, comenzando allí la historia del actual Velódromo Leonel Rocca,  aunque pasaron más de 25 años para que se concretara en realidad aquella aspiración. 

Con el empuje de numerosos clubes de ciclismo que en el transcurso de los años han practicado el ciclismo, aunque algunos de ellos durante poco tiempo, y los innumerables triunfos en el ámbito nacional, en el litoral y aún trascendiendo fronteras, volvió a plantearse el entusiasmo por el Velódromo, que nunca se olvidó, pero que como toda cosa tuvo sus “impasses”.   Se prometió en 1944 la donación o compra de un terreno pero en el extremo opuesto de la ciudad al que hoy se encuentra ubicado, se proponía en la zona del Trébol del actual puente sobre el Río Negro.  

También en ese año, y enviado por el delegado de la Federación en Montevideo, Pedro Buscio Caballero, se presentaron ante la Intendencia, los planos del Velódromo de Montevideo  

Como la demora persistía, en el año 1950 se forma una comisión para impulsar la construcción, la que se haría incorporando también una pista de atletismo.  Integran esa comisión como titulares: Joaquín Selios, Nicasio Villarreal, Horacio Antognazza, Eduardo Galagorri, Víctor Albert, Leonel Rocca, Oscar Martínez, Santiago Riolfo y Gilberto Costa Finn, siendo Secretario General , Galagorri y Técnico el Ingeniero Carlos Magnone.  El 25 de enero de ese año ya se había presentado el proyecto para la construcción del Velódromo.

Las gestiones, comisiones, entrevistas y promesas se suceden y no se da comienzo al trabajo, ya en el terreno en el que ahora se levanta que había sido adquirido mediante un préstamo del Banco Hipotecario por la suma de 120.000 pesos que se concedían al Consejo Departamental de Soriano, presidido en ese momento por Pedro José Echezarreta.

Tiene que surgir otro gran ciclista, de clase especial, para que nuevamente crezca el entusiasmo por el Velódromo, entusiasmo que honesto es decirlo, nunca perdió el maestro Eduardo Galagorri, que fue el constante paladín defensor de esta necesaria y gran obra para el deporte del pedal.

Ya en el año 1955 asomó Ruben Etchevarne en 3ª categoría, ganando cantidad de pruebas y ascendiendo en rápida carrera a la categoría superior.  Pasea su estampa por las rutas de nuestro país y en el extranjero, teniendo notables actuaciones en Brasil, Chile, México, Juegos Olímpicos de Roma y de Japón, Campeonato Mundial de Italia, además de las Mil Millas y Vuelta del Uruguay, hicieron que se transformara en ídolo de nuestra afición y en particular de nuestra juventud.

Sin duda que sus triunfos, sumados al entusiasmo que se despertó nuevamente en la práctica del ciclismo, se aunaron para que se diera el puntillazo final a la construcción del Velódromo.

En julio de 1958 se designa un “Comité Permanente Pro Velódromo”, integrado por Eduardo Galagorri, Luis Artigas Carrasco, Miguel Rivarola, Baltasar Moyano, Juan A. Maneiro, Gerardo Rossi, Pedro Millán, Antonio Alaggia (h), José Rocca, Paulino Lanusse (h), Casildo Reinoso, Carlos Rusch y Basilio Martínez con el fin de fiscalizar el reciente inicio de la obras, aunque fueron necesarias varias gestiones para reanudarlas en diversas ocasiones.

El 27 de enero de 1964, en una reunión de la Federación,  José Olivera Itxassa, en nombre del C.C. Colón, presenta una moción para que se propicie ante el Consejo Departamental, la aspiración de que el Velódromo lleve el nombre de “Leonel Rocca”, en mérito a sus altos valores deportivos y el prestigio que ello ha significado para Soriano y que las tribunas lleven los nombres de “Zoilo Chelle” y “Carlos Magnone” como iniciadores y ejecutor de la obra respectivamente, no siendo aprobado el nombre de las tribunas.  El 16 de marzo de ese año quedó integrado el Comité Por Nombre de Leonel Rocca para el Velódromo, integrado por Pte. Alberto Della Santa, secretarios Eduardo Galagorri y Julio César Silva, vocales Victor Doupuy, José Olivera Itxassa, Luis R. Chelle y Leonardo Ubillos.  

Así se llega a la tarde del 30 de octubre de 1966, donde a las 15:30 horas se procede a la inauguración, con presencia del Pte. Del Consejo Departamental de Soriano Esc. Francisco M. Capano, Srio. Ricardo Cuadrado, Pte. de la Federación Ciclista de Soriano Eduardo Galagorri y Srio. Carlos Schwegler.

También hay que destacar la participación de un grupo de ciclistas que ante la ausencia del ídolo del ciclismo sorianense, Ruben Etchevarne por encontrarse en la Vuelta de México, partió desde la Plaza Artigas encabezado por Oribe Sáenz que en reconocimiento a sus logros deportivos, entró a la pista portando una antorcha y dando algunas vueltas en la nueva pista, previo a la disputa de competencias que luego se realizaran..

Junto a la puerta de ingreso a la pista, se levanta una escultura en bronce, obra de Ubrico Habegger, que representa de cuerpo entero al ciclista mercedario Leonel Rocca, ubicándose junto a una placa que justicieramente expresa: “Homenaje del pueblo al mejor Velocista de América, 19/IV/65 – 30/X/66”,  haciendo referencia a la fecha de fallecimiento del gran campeón y a la de inauguración del velódromo.  

El 24 de febrero de 1967, el edil Juan J. Gutiérrez, solicita en sesión de la Junta Departamental de Soriano, presidida por Julio Méndez Tovar, en la última sesión de ese período, que pase al Consejo Departamental el deseo de designar el Velódromo Municipal con el nombre de "Leonel Rocca". 

A pesar de ser inaugurado, quedaron pendientes algunas terminaciones y obras complementarias, y en el año 1968 Eduardo Galagorri, que en ese entonces era Diputado, informó que en el Presupuesto Nacional, se incluyó una partida de un millón y medio de pesos destinada a la iluminación la que se recibiría casi dos años después, procediéndose en enero de 1970 a la instalación de los reflectores, aunque para posibilitar la realización de los Campeonatos Nacionales, fue necesaria la colaboración del propietario de la Difusora Soriano, Miguel Recciope quién prestó el dinero necesario para pagar a los electricistas y obreros que pararon las grandes columnas y traerlas desde Montevideo.

Construido tomando como base los mejores planos de la época se constituyó en poco tiempo en sede de importantísimos eventos como los Campeonatos Rioplatenses, pruebas internacionales con participación de argentinos, brasileños y por supuesto uruguayos de primer nivel, varios torneos Nacionales y Campeonatos del Litoral, y en 1996 nada menos que un Panamericano a nivel juvenil que concitaron la presencia de los aficionados al ciclismo que llenaron sus instalaciones.  

Son muchos los nombres de ciclistas surgidos de este velódromo o que en el mismo lograron perfeccionar sus condiciones: Oribe Sáenz, Fernando Justet, Undarz, Burgos, Sassén, Juan Ramón Bonilla, Ricardo Rondán, los Margaleff, Jamen, Villegas, Núñez, José y Mario Maneiro, Jorge Mansilla, Luis Amondarain, Manuel Elizalde y tantos otros.

No podemos ignorar que el éxito de la construcción del Velódromo se debe no sólo al enorme entusiasmo que tuvo nuestra juventud en la práctica de un deporte tan sacrificado, difícil y costoso, sino también a la aparición de diversas figuras que impactaron en el ámbito nacional e internacional, y a la paciente, constante y fatigosa gestión realizada por los dirigentes de todas las épocas quienes en diferentes períodos dirigieran la Federación Ciclista de Soriano, destacándose el maestro Eduardo Galagorri, durante 17 años.

El 6 de octubre de 1969 la Federación realiza la primera reunión oficial en salón junto a la pista del velódromo, que pocos días más tarde resuelve que lleve el nombre de Eduardo Galagorri, sala de sesiones que durante muchos años ha servido para recibir a los dirigentes y conservar todo el archivo histórico de la Federación, desde su primer libro de actas, como así también el material deportivo que han utilizado las diferentes selecciones que han representado al Departamento.

Más tarde, el 14 de diciembre de 1986, en ocasión de la disputa de un Campeonato Nacional, se nominó la tribuna con el nombre de Ruben Etchevarne, quedando grabado en una placa que expresa justicieramente: “El Pueblo a su Idolo, 14/12/86”.