Para los que peinan canas no merece presentación, sí para esta nueva generación.
Se apagó la vida de un talento del fútbol que mostró hidalguía, creación, definición, arte, una verdadera "bordadora" del fútbol. Tuvimos la suerte de conocerlo y disfrutarlo por mucho tiempo.
Y vamos en este racconto a lo que fue su vida deportiva.
Jugó en Sandú, el club de sus amores, dejando un recuerdo inolvidable. Campeón del Litoral en el año 1955 de la famosa "aplanadora" que había creado su técnico Don Francisco Fedullo.
En la capital defendió con suceso a la I.A. Sud América, dejando su gran sello de jugador y ante grandes rivales.
Fue nada más ni nada menos que campeón Su-damericano en el año 1959 en Guayaquil (Ecuador) defendiendo a nuestra querida selección uruguaya.
Era un virtuoso del fútbol, al que amaba y disfrutaba con ansiedad.
Luego que colgó los zapatos lo veíamos en su otra institución, que también fue parte de su vida, el Club Atlético Praga.
Lo veíamos de tardecita sentado en las gradas, siempre reunido con amigos, era un libro abierto, recordando pasajes de su vida y muchas anécdotas.
De profesión tornero y posteriormente camionero, formando su propia empresa.
En Praga también en su juventud jugó al básquetbol y voleibol. Fue jugador, dirigente, colaborador permanente y el patrón de ese gran conjunto carnavalero que obtuvo varios primeros premios: Los Saltimbanquis.
Formó su hogar del cual nacieron hijos.
Ayer, en mañana lluviosa de invierno, se fue al cielo generando gran consternación en sus amistades y familiares.
Nos dejó uno de los futbolistas más grandes de nuestra historia.
A sus familiares, al club Sandú, al club Praga las expresivas condolencias de pesar por este momento que vivimos.
Seguramente te fuiste a juntar con aquellos compañeros que tuviste, que se te adelantaron en el tiempo.
Chau "Baby", gracias por todo lo que me dejaste.
Descansa en paz viejo amigo.
Bautista Cresci Lamarque