Con un ajuste de las tarifas de 8% que rige desde enero –que incluye una suba del Imesi sobre los combustibles–, ANCAP considera que los números están "bastante justos" como para pensar en una nueva baja del pasivo este año, dijo una fuente del ente.
En 2016, gracias a un petróleo barato y un dólar que evolucionaron por debajo de su paramétrica de costos –que no se trasladó en las tarifas al público–, el ente pudo abatir su abultado pasivo en US$ 130 millones para dejarlo en US$ 500 millones, sin contemplar la deuda de US$ 180 millones que tiene su subsidiaria Alcoholes del Uruguay (ALUR). La evolución que puedan tomar las dos variables claves para el ente –la cotización del petróleo y la evolución del dólar– pautarán la revisión o no de los precios actuales de los combustibles sobre mediados de año.
La presidenta de ANCAP, Marta Jara, declaró esta semana a la prensa, antes de partir en una misión oficial a La Antártida, que la empresa monitorea constantemente la evolución de los principales variables que integran la paramétrica que define el valor de los combustibles: la evolución del crudo y el tipo de cambio.
Cuando ANCAP anunció la suba de tarifas en enero junto con el ministro de Economía, Danilo Astori, Jara dijo que para el ajuste se contempló una proyección de alza de ambas variables del 10% en promedio para 2017. De todas formas, en un mundo de volatilidad e incertidumbre por el rumbo político y económico que tomará la principal economía del mundo (EEUU) bajo la batuta del controvertido Donald Trump, es un foco de atención permanente.
"Nos pararemos a mitad de año y miraremos nuevamente los números, como cualquier empresa. Lo estamos haciendo constantemente, proyectando nuestro flujo de fondo y nuestros resultados. Hay que tomar premisas prudentes", explicó Jara sobre la actitud que tomará la empresa respecto a su política tarifaria.
La mediana de los privados que respondieron la Encuesta de Expectativas Económicas espera una suba gradual del tipo de cambio en el año para culminar diciembre en
$ 32,30, este valor implica una alza de 10% frente al cierre de la última operación del año pasado ($ 29,34). Para fines de mayo los expertos proyectan un dólar a $ 30,5.
Por otro lado, la fuente de ANCAP explicó que uno de los aspectos en los cuales el ente aún no sabe cómo saldrá parado es el mantenimiento de la refinería que se realiza cada quinquenio y que está previsto demande como mínimo un trimestre. "Si bien hay una estrategia ya definida, hay que ver que es un partido muy importante porque se juega la planificación y el funcionamiento de las máquinas para los próximos cinco años", explicó.
La parada técnica de mantenimiento que tendrá la refinería –que se aplazó de 2016 para este año– le demandará al ente un costo de US$ 55 millones. A eso hay que sumarle un lucro cesante de US$ 5 por barril de crudo que ANCAP no refinará durante ese período y que deberá compensar con importación.