Muchos familiares de quienes viajaban en el vuelo Austral que en octubre de 1997 cayó en las cercanías de Nuevo Berlín, esperan desde hace 20 años saber quiénes fueron los responsables del tremendo accidente que costó la vida de 74 personas.
Finalmente el martes 26 del corriente daría inicio el juicio oral por la tragedia del vuelo 2553 de Austral, que en 1997 partió desde Posadas y se estrelló en Fray Bentos, transformándose en uno de los mayores siniestros aéreos de la historia de la aviación argentina.
El inicio del juicio viene de sufrir cuatro postergaciones, ya que las fechas iniciales habían sido 12 de abril, 12 de junio, 3 de julio y 28 de agosto del año pasado, pero por diversas razones siempre debió ser reprogramado.
Tras esa última postergación la fecha que se fijó fue para este 26 de marzo y todo parece indicar que en esta oportunidad sí comenzará. El debate comenzaría en el Tribunal Oral Federal (TOF) 5 de Capital Federal y habrá audiencia los martes de cada semana, por lo que se prevé que el proceso se extienda durante varias semanas.
En el banquillo se sentarán un total de 26 personas, entre ex directores de la empresa -que en aquel momento dependía de la española Iberia- y ex miembros de la Fuerza Aérea Argentina. Todos están acusados, en distintos grados de responsabilidad, de no haber cumplido con sus funciones para evitar la tragedia del 97.
El caso fue investigado por tres magistrados, hasta que el expediente quedó en manos del juez federal Sebastián Ramos, quien en 2013 dispuso la elevación a juicio y en su dictamen sostuvo que “el incumplimiento de los roles asignados a cada uno de los responsables permitió configurar una situación tal que generó la tragedia a la que todos los involucrados hicieron su aporte”.
La imputación que recae sobre los 26 es el delito de estrago doloso, que prevé penas de hasta 20 años de prisión como castigo. Se prevé que el debate de por sí será intenso, dado que tanto la fiscalía como los abogados querellantes que representan a los familiares de las víctimas deben trabajar fuertemente para demostrar la existencia del delito de estrago doloso y ante ello ahora deben contrarrestar una estrategia defensiva que obliga a extremar los recaudos. Las primeras audiencias del debate estarán centradas en una nueva pericia solicitada por la defensa de algunos acusados, la cual contradeciría las causas del siniestro que habían sido determinadas en su momento por la Junta de Investigaciones de Uruguay y técnicos argentinos intervinientes.
Esta nueva pericia plantearía un cambio en la base y en las causas del hecho, ya que pondría en debate la teoría del congelamiento.
Silvina Rumachella es una de las letradas que integra la parte querellante del caso y además es familiar de una víctima, Viviana, una de las azafatas fallecidas. Esta ha dicho que “hace 21 años que somos padecientes y mendigos de la Justicia. Ya tenemos muchos casos en los que este tipo de trágicos hechos terminan en la prescripción, cayendo en un caso más de impunidad.
La historia argentina está revictimizando a las personas que fallecieron”, había señalado en aquella oportunidad.
Nosotros sabemos que las causas de la tragedia no sólo tienen que ver con la falta de mantenimiento, sino también de la habilitación ilegal de la nave. Era un avión que formaba parte de un lote basura y fue vendido a precios exorbitantes a Austral. Mi hermana estaba bastante preocupada en relación a las normas de seguridad, sus miedos finalmente se hicieron realidad, con lo cual nos dejó una carga en la familia bastante importante”.
Una Trágica Noche de Octubre
La tragedia se produjo durante la noche del 10 de octubre de 1997. El vuelo 2553 de Austral debía partir de Posadas a las 20.20, pero recién lo hizo a las 21.15. El avión DC9-32, matrícula LV WEG, debía llegar al Aeroparque Jorge Newbery, de la ciudad de Buenos Aires, pero al ingresar a una zona de tormenta en cercanías a Gualeguay-chú, su piloto decidió realizar un desvío. La última comunicación registrada de parte de la tripulación fue a las 23.23 y en ese momento los radares lo perdieron de vista.
Los restos del avión fueron encontrados a las 4.40 de la madrugada siguiente, en una estancia cercana a Nuevo Berlín, a 32 kilómetros de Fray Bentos. Tanto para las familias de los tripulantes como de los pasajeros, la empresa y los organismos de control son responsables de la tragedia porque consideran que la nave no estaba en condiciones de volar. Se determinó que el avión no contaba con la alarma que se requiere para la precaución sobre fallas en el funcionamiento de la calefacción de los tubos pitot, uno de los motivos del accidente.
Una Querella que Tiene unas 15 Personas
Tanto para las familias de los tripulantes como de los pasajeros (la querella engloba alrededor de 15 personas), la empresa y los organismos de control son responsables de la tragedia. Las pericias hechas por los organismos uruguayos determinaron que fallaron las luces de alarma que debían alertar sobre el funcionamiento de los velocímetros. Lo que ocurrió fue que el tubo pitot -que marca la velocidad dentro de la cabina presurizada- se había congelado y el piloto creyó que la velocidad era menor a la que en realidad iba, por eso extendió los flaps pero la presión del aire lo arrancó y la nave perdió el control hasta estrellarse.