El candidato de extrema derecha Jair Bolsonaro estuvo a punto de consolidar una victoria en primera ronda, con guarismos sorprendentes en algunos Estados, que hicieron que las proyecciones previas subestimaran su favoritismo.
A las 17 horas de ayer, cuando se cerraron las urnas, los sondeos de boca ya anticipaban un resultado espectacular para Bolsonaro, pero sobre todo una fuerte declinación para el candidato Haddad del Partido de los Trabajadores de Lula. Además la elección para Diputados, una parte del Senado y los Gobernadores de 27 Estados, también anticipan un futuro político de Brasil inclinado a la derecha.
Si así fuera, junto con Argentina, pasarían a dominar la hegemonía de Latinoamérica, en un juego de balanza parecido al que se ha dado en otras partes de mundo.
Dilma Rouseff no logró entrar en el Senado y el PT tampoco logró ingresar Senadores por Río de Janeiro y San Pablo.
Los datos finales dieron 46.70% para Bolsonaro, 28.37% para Haddad, 12.5% para Ciro Gomes y 4.8% para Gerardo Alckmin.
Igualmente habrá balotage a fines de este mes, pero las diferencias son abrumadoras a favor de Bolsonaro y se considera casi imposible revertir los guarismos, aún sumando a todos los sectores restantes.
"Brasil al bordo del fascismo" y "Nace un monstruo", fueron títulos de ayer Página 12, diario argentino de la oposición.