Cada día de trabajo, los niños que padecen alguna patología hallan en esta terapia de alternativa un instrumento para su rehabilitación.
El hecho de usar al caballo como “herramienta” puede llamar la atención pero es el calor corporal de ese animal el que da la máxima potencialidad motora, psíquica y social de acuerdo a la patología del paciente.
Esto es posible mediante la utilización de técnicas que aprovechan el calor corporal, la trasmisión de impulsos rítmicos y el movimiento tridimensional que efectúa el caballo en su andar, propiciando la estimulación de músculos y articulaciones, así como también aportando facetas educativas y terapéuticas a niveles cognitivos y de personalidad.
Todo ello influye en el individuo en su totalidad reduciendo la ansiedad, aumentando la confianza, concentración y autoestima; convirtiéndose también en un antídoto eficaz, contra la depresión y el estrés al mejorar las relaciones sociales y la comunicación.
Muchos son los vecinos y empresas de Dolores que colaboran con Centro pero siempre es necesario que se sumen personas porque la obra que realizan es sumamente importante.